sábado, 5 de febrero de 2011

Editorial

Por Lic. Ricardo Alvarez
El desafío para los americanos es la supervivencia, porque es el desafío para la especie humana como tal. Así como no podemos vivir aislados de nuestros semejantes, tampoco podemos aislarnos del ecosistema que es el planeta. El ecosistema peligra porque lo humano, lo específicamente humano, está en peligro. Entre otro motivos porque algunos creen posible oponer antagónicamente hombre y naturaleza.
Defender la supervivencia de las entidades biológicas implica, en primera instancia reconocer nuestra calidad de seres humanos, reflexionar sobre ella.
En este sentido, América tiene como especificidad ser una tierra, un espacio en conflicto, encuentro, propuestas y experiencias, de vida y de muerte, de convivencia y mestizajeque muestra su riqueza en cuestiones tan importantes para la humanidad como la alteralidad y la identidad.
Hacernos cargo de nuestra situación y nuestra identidad nacional y americana, de la calidad de nuestra participación en la comunidad mundial, ocupando la perspectiva que propone la conmemoración del Quinto Centenario, es hacernos responsables de qué significa hoy ser americanos, qué significa proponernos asumir esta responsabilidad desde nuestra situación generacional y desde nuestra elección profecional: la Antropología.
Hace 500 años comenzó en el espacio continental, que luego se llamaría América, un proceso de mestizaje étnico y cultural que terminó resultando novedoso por su envergadura y por ser notoriamente distinto, diferente a todo lo que se conocía a ambos lados del Mar Océano, el Atlántico. Hace 500 años el mundo comenzó a hacerse uno para todos los hombres. Se tomaron decisiones, se hizo y se deshizo sobre decisiones, unilaterales y conjuntas, los europeos tuvieron aliados como todo el proceso colonial. El continente terminó llamándose con un nombre, América y así entró en la historia y el tiempo que, para Occidente, era universal.
De manera similar, las decisiones que hoy tomemos incidirán en nuestro futuro, principalmente las decisiones respecto de la necesidad y calidad de la reflexión que estemos dispuestos a realizar.
Hoy se nos plantea, por tomar un ejemplo, la idea-revitalizada del iberoamericanismo. la respuesta, inquieta, es ¿Qué significa? ¿De qué nos sirve aceptar esta nueva clasificación? En términos más generales, América nos muestra como ha centripetado culturas y hombres, construyendo fuertes nucleos culturales. Corresponde al análisis de nuestra identidad cultural investigar sobre ellos, para poder decidir respecto de su firmeza y poder, centrifugar nuestra propuesta. Seguramente que, además de analizarlos e investigarlos, estos núcleos podrían ser reforzados y promovidos más rapidamente, en la medida que los sistemas educativos del continente adoptarán como eje la identidad americana en sus diversas expresiones.
Tenemos que re-visar y re-construir el Modelo Cultural, partiendo de lo omitido, lo negado, de las matrices básicas, de las imprecisiones, ambigüedades y certezas  que componen el modeloactual. Sabiendo que los modelos, para ser válidos, para existir, tienen que ser generados, sentidos y entendidoscomo propios por los pueblos. La tarea de reflexionar sobre el Quinto Centenario es de todos, y una buena parte de ella consiste en conocer y re-conocer nuestra memoria, en no eludir preguntas por la memoria, por las memorias.
También, las preguntas por el espacio y el tiempo. Plantearnos el espacio americano como una totalidad, que no es la del panamericanismo de la doctrina Monroe, sino aquel que ha consatruído a lo largo de más de 500 años, la vitalidad de las culturas que lo habitaron y habitan.
Preguntarnos por el tiempo y los tiempos ¿De qué tiempo-tiempos estamos hablando? ¿de que tiempo-tiempos nos estan hablando?. Nos posibilita no sólo la memoria, sino también la historia, pese a los profetas del "Fin de la Historia". Nos posibilita salirnos de esa paradoja típica del liberalismo, que, en el mismo actoen que nos fuerza a acordarnos nos obliga a olvidarnos.
Podemos tambien superar el puro presentismo de los pragmatistas, aferrados a las formas, y que sólo quieren ser espectadores de si mismos.
La dimensión política del hecho cultural que significa el Quinto Centenario nos coloca entonces, en la posibilidad coyuntural de recuperar la historia y de hacer, re-hacer nuestra historia, con los miles de años, también (!), de América antes de América, replanteandonos el quién de "los indios" ¿Quiénes han sido/hemos sido "los indios", desde 1492 a la fecha? ¿Quiénes son los indios en la actualidad?. estas preguntas por el sujeto americano están indisolublemente ligadas a la pregunta esencial, la pregunta y respuestas por la justicia; ya que mejor de hablar de justicia es hacer justicia.
Hay que hacer justicia en y con los libros de texto que en nuestras escuelas dicen que enseñan nuestra historia, hay que hacer justiciacon los pobres, hay que hacer justicia con nuestros niños, hay que hacer justicia con nuestros paisanos los indios, hay que hacer justicia con nuestros ancianos.
En definitiva, tenemos que hacernos justicia porque, de lo contrario, no sólo otros contaran nuestra historia, sino que harán justicia, "su" justicia.

Fuente: "Revista de Antropología una busqueda del Hombre desde el Tercer Mundo" Año VII Nº 12 3er. Cuatrimetre de 1992. Buenos Aires. Argentina.

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